Valores Teresianos

Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos. Alegría, sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores. Optimismo. Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable. Entusiasmo. exaltación y motivación del ánimo por algo que lo admire o cautive.

Es aquel valor que impulsa a las personas a ayudar a los demás, a ponerse a su disposición para darles una mano con lo que quieren hacer por su vida para ser felices en ciertos parámetros trazados apoyar a otro a que nos haga daño o a que se haga daño él mismo.

Es una actitud del ser humano que incluye la totalidad, voluntad e intelecto y está dirigida a algo o alguien, idea o proyecto, doctrina o ser divino como la fe religiosa. Si bien la fe abarca la creencia, esta va más allá y en la historia de la teología se encuentra una distinción grande entre la fe propiamente dicha y las obras que esta produce y de otro lado entre fe y conocimiento. Hay pensadores que afirman las buenas obras son consecuencia de la fe.

Son cualidades humanas que mejor reflejan la esencia humana, pues la persona bondadosa es buena, benigna y benévola, y a veces se la relaciona con la amabilidad. Tiene inclinación por hacer el bien a los demás, y lo hace con afecto, comprensión y respeto. La mejor persona suele ser bondadosa. Por eso la necesidad de iniciar cuánto antes a los niños y jóvenes en las conductas bondadosas. El joven que aprende a construir la paz y vivir en bondad.

Es una asociación de personas que tienen intereses, problemas o fines comunes entre las que se forjan las virtudes y valores y con quienes comenzamos a formarnos como personas conscientes, de bien. Y es la familia el primer lugar donde aprendemos el valor de tener a personas incondicionales a nuestro lado que nos aman y aceptan como somos.

Es capaz de aceptar sin molestias o nerviosismo las actitudes y características de los demás aunque sean diferentes de las suyas, siempre y cuando no le causen un perjuicio o afecten su bienestar. Respeta, acepta y aprecia la diversidad de las personalidades, de las culturas del mundo y de las variantes físicas que existen entre los seres humanos.

La Paz se hace presente en cada momento del día, en el pan en la mesa, en la dignidad del trabajador que gana su sustento honradamente, en el trato cordial de un empleado público, en los jóvenes que se preparan para ser personas de bien, en el vuelo migratorio de las aves, en un niño que aprende a cuidar un árbol, en un abuelo que sonríe, en la primera siesta de un bebé, en la evolución del ser humano hacia su destino superior, en el progreso de la ciencia aplicada a la sanación, por lo sagrado, por el río, por nuestros hermanos animales, por los primeros habitantes de estas tierras y por nosotros mismos.

Es la persona que actúa en favor de otras personas sin interés y con alegría, teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad de la aportación para esas personas, aunque le cuesta un esfuerzo sin dar sin esperar nada a cambio, entregar parte de tu vida, volcarse a los demás, ayudar a los que lo necesitan, dar consuelo a los que sufren.

Es la conciencia que tenemos acerca de lo que somos, de nuestras fortalezas y debilidades como seres humanos, y que nos impide por lo tanto creernos superiores a los demás sino que esto se debe a las desigualdades de nuestras sociedades y de la suerte de haber nacido en un hogar con más oportunidades que otros no les da derecho a creerse superiores ni mejores que aquellos que no tuvieron fortuna.

Es el valor que motiva a la persona a perfeccionarse a sí misma, en lo humano, espiritual, profesional y económico, venciendo los obstáculos y dificultades que se presenten, desarrollando la capacidad de hacer mayores esfuerzos para lograr cada objetivo que se proponga.

El compromiso va más allá de cumplir con una obligación, es poner en juego nuestras capacidades para sacar adelante aquello que se nos ha confiado que deberíamos de cumplir voluntariamente los cuales nos hacen mejores trabajadores, hijos, alumnos, padre y madre.

Es hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aun entre las circunstancias que nos conduce profundamente hacia una situación, a través de ésta, y hacia la salida del otro lado, mejorando como una persona más evolucionada.

El responsable es aquel que responde por sus actos, se hace cargo de sus consecuencias y aprende de ellas.

Es ser compañero de alma y de acción con quienes necesitan nuestro apoyo, nuestra ayuda como seres humanos a extender la mano y el corazón sin que los demás lo pida.

Ser verdadero, único, honesto con los demás y con nosotros mismos. La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes sin utilizar las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería.

Es reconocer, respetar y hacer valer los derechos de las personas. El que es justo vela porque no se cometan atropellos contra sí mismo ni contra los demás y está dispuesto a protestar con energía cada vez que se encuentre frente a un abuso o un crimen, vengan de donde vengan.

Es una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los valores de verdad y justicia.

El respeto mutuo protege la dignidad de las personas, proporcionando seguridad y confianza que se acoge siempre a la verdad; no tolera bajo ninguna circunstancia la mentira y el engaño. "Respetar es empezar a ganar la guerra ".  

La amistad se basa en la mutua confianza, donde el objetivo es ayudar al otro consecuentemente así mismo donde el buen amigo no anula al otro sino que motiva su compañero en las posibilidades o en todas las situaciones, tanto buenas como en los momentos difíciles aparece nuestro amigo al que podemos recurrir y dejarnos aconsejar, descargar, llorar, reír y escuchar.

El amor es el sentimiento más importante de los seres humanos a comprender, servir, dar, compartir, querer, respetar y convivir. A través del amor podemos compartir cosas buenas y malas con lo que nos rodean. No sólo sentimos amor por nuestros padres, sino también por nosotros mismos, por nuestros semejantes y por el medio ambiente que nos rodea.  En nuestra familia, gracias al amor, participamos de las alegrías y fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo. Cuando nos sentimos apreciados, respetados y comprendidos, mejoramos la convivencia y fomentamos el espíritu.